Leer en hospitales para acompañar a los niños
Por: Juan Camilo Betancur Echeverry – Corresponsal MaguaRED.

Taller de arte de vida Equipo Colibrí realizado en el hospital La Misericordia por la Fundación Caleidoscopio de sueños.
Un hospital nos remite a una enfermedad, a un espacio que deseamos evitar porque nos recuerda la fragilidad humana. Sin embargo, hay quienes frecuentan estos lugares porque han descubierto que con su voz pueden aportar a la recuperación anímica de los pacientes, sobre todo, de los niños.
La anulación de su rol en lo cotidiano, acogerse a normas sin ser consultado, la poca posibilidad de tener objetos personales, ser uniformado y sentir vulnerada su intimidad, son algunas de las dificultades a las que se enfrentan los niños en situación de enfermedad. Para ellos, la lectura de cuentos, relatos y poemas es una manera de sobrellevar el duelo, de continuar soñando y de recuperarse en un menor tiempo.
La socióloga Patricia Correa Jaramillo es una de esas personas que hace de los ambientes hospitalarios un espacio propicio para la promoción de lectura infantil. A través de su proyecto Palabras que acompañan, presente en Bogotá, Medellín, Cali, Manizales, Cartagena, Barranquilla y Bucaramanga, ayuda a las familias a darse cuenta, en espacios no convencionales, que a los niños les gustan los libros y que muchas veces los entretienen más que un televisor.
Patricia estuvo los días 16 y 17 de septiembre en el Parque Biblioteca San Javier de Medellín dictando el Seminario Taller: Primera infancia y espacios para la lectura en ambientes hospitalarios. Según la psicóloga, en estos seminarios “se toca la relación con la familia y con los otros miembros de la sociedad, mostrando que también otras personas pueden aportar al proceso. Alguien dice, no recuerdo el nombre, que donde hay un niño hay un adulto. Es decir, el bebé no se puede mover solo. Los niños no tienen la posibilidad de independizarse de sus padres como sí se independizan otras crías. Su supervivencia depende por lo menos de un adulto y esta comprensión permite decirle a la familia que desde que nace el bebé hay que acompañar a los padres. Conectar con la sensibilidad de ese adulto para que pueda transmitirla al bebé”.
Las personas que promueven y comparten la lectura en voz alta en ambientes hospitalarios lo hacen porque lo sienten y lo desean. Son lectores que acompañan en la enfermedad, por eso no les preguntan a los niños por sus síntomas ni se detienen a conversar acerca de los textos. Simplemente leen porque saben que las historias ayudan a soportar la oscuridad, a vivir otras experiencias y comprender emociones como el miedo.
En Colombia, la estrategia de atención integral a la primera infancia De Cero a Siempre, ha convocado a diferentes instituciones como los ministerios de Educación, Salud y Cultura, a la Presidencia de la República, Bancolombia, Fundación Éxito, Fundación Saldarriaga Concha, entre otras entidades públicas y privadas, para que unan esfuerzos en torno a facilitar el acceso de esta población a los libros: “Toda esta gente le apuesta a la lectura en los espacios hospitalarios… Se espera que para el 2018 ya estén funcionando las 300 salas proyectadas”..
Bibliotecarios, promotores de lectura, docentes, y adultos en general están invitados a seguir las próximas convocatorias que el Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional de Colombia se encuentran preparando para continuar fomentando el acompañamiento, a través de los libros, de los niños menores de seis años que se encuentran recuperando su salud en clínicas y hospitales.
El objetivo es impactar los tiempos de espera entre la atención, los resultados del laboratorio, los efectos de los tratamientos y el regreso a casa, porque la lectura también alivia los dolores físicos y emocionales.